López Obrador y el reto de que México se democratice
Publicado en el periódico Buen Día...

as concurridas concentraciones de militantes perredistas que tuvieron lugar del viernes al domingo pasados en la mayoría de una treintena de municipios para manifestarle su respaldo a Andrés Manuel López Obrador para que se convierta en el próximo dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática, es ya un significativo y claro signo de que efectivamente el tabasqueño ganará ahí las elecciones frente al ingeniero Heberto Castillo apoyado por el senador Cristóbal Arias, si bien puede esperarse que la inteligente Amalia García, incluso llegue a obtener más votos que el propio senador Castillo.
Andrés Manuel tiene, por sí solo, un importante peso político, ganado en la lucha tenaz que ha sostenido en Tabasco; pero que es sólido, porque como el liderazgo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, está nutrido por la verticalidad y la congruencia.
Es obvio sin embargo que, en el caso de Michoacán, la decisión que tomó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas de respaldarlo y promover abiertamente su candidatura será —y está siendo— lo definitorio para que la mayoría de los perredistas tomen la determinación de votar por él en las elecciones próximas programadas para el 14 de julio.
El ingeniero Cárdenas ha dicho a sus seguidores a su paso por pueblos de la Tierra Caliente, el Oriente, la Meseta Purépecha, la Ciénega de Chapala y el Bajío que en esta ocasión visitó, que "el voto para López Obrador será el más útil para el PRD y el que mejor sirva para la transformación democrática del país", pues es su convicción que, como lo ha logrado en Tabasco, López Obrador será capaz de organizar a este partido para que se mantenga actuante, es decir, en movimiento permanente en defensa de los intereses no sólo de sus militantes, sino del pueblo todo; y no únicamente en tiempos electorales.
Esta experiencia de López Obrador ciertamente es la carta de presentación de quien pretende ser el cuarto dirigente nacional del PRD; pero lo son también, como ya señalábamos, su verticalidad y congruencia: el que se no haya doblegado sus principios ante el gobierno; y que tampoco haya, al interior del PRD, optado por posiciones cómodas como ser por ejemplo senador o diputado plurinominal. Su lucha, según lo ha demostrado a lo largo de siete años después de haber salido del PRI, va mucho más allá; va por la transformación democrática del país y la defensa de la soberanía y del patrimonio nacional en algo muy concreto como la industria petroquímica, para lo cual ha lanzado una iniciativa al pueblo de México, para que participe en la creación de una empresa que rescate ese valioso recurso estratégico y vital para impulsar el desarrollo nacional.
Ganar las elecciones del 97, reto inmediato.
Entre sus compromisos y retos de campaña, López Obrador asumió como uno de los más inmediatos, el de organizar al PRD "de abajo hacia arriba" y convertirlo en la organización fuerte y unida para ganar la mayoría en las próximas elecciones federales de 1997 —distantes hoy escasos 13 meses— en que se disputarán diputaciones federales y una senaduría.
Es éste ciertamente un reto difícil, porque ahora el PRD no sólo tendrá que competir contra el PRI apoyado por el gobierno, sino contra el PAN, que como sabemos, gobierna hoy los principales municipios de la entidad, incluida esta capital; lo cual sin embargo podría ser favorable factor, dado que los michoacanos se están percatando con gran rapidez de que ningún cambio positivo está habiendo en esos municipios y que, por el contrario, la incapacidad es más manifiesta. Hay incluso indicios de corrupción que no tardarán en salir a flote.
López Obrador llegó a empeñar la dirigencia nacional que está seguro de ganar, a la suerte que corra el PRD en las elecciones del año próximo. "Si el partido no avanza en el 97, no sólo habrá que pensar en cambio de estrategias, sino en cambio del dirigente".
Pero se muestra muy seguro de que podrá concitar la unidad y emprender con éxito su proyecto de reorganizar y darle fortaleza "de abajo hacia arriba" a este partido auténticamente opositor, pues parte de que "las divisiones no están en las bases, sino en unos cuantos dirigentes", quienes llamó a actuar con responsabilidad y a elevar la mira para no perderse en pleitos personales y cuestiones que resultan ser pequeñas cosas frente a los grandes problemas nacionales y el reto de hacer del PRD el partido que se convierta en el potente motor del cambio, y la transformación democrática que todo mundo está demandando, y para lo cual todos debiéramos participar.
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